El ambiente estaba dado para una excelente tarde de toros. Este, el cartel del 28 de diciembre, día del aniversario de la monumental Plaza de Toros de Cali, estaba llamado a ser uno de los carteles más importantes de la temporada colombiana, compuesto por tres toreros de diferentes tauromaquia y tres toreros que están en lo alto de la escalafón de la tauromaquia en sus respectivos países.
La Plaza tuvo una entrada muy superior que la de los días anteriores, casi llegando a los 3/4 de plaza, lo que deja en evidencia que hay esperanza para recuperar la afición taurina de Cali y sobre todo la asistencia a este coso taurino. Al momento del paseíllo se brindó un minuto de silencio por aquellos taurinos fallecidos durante el 2023, resaltando los nombres del maestro Fernando Botero y de Tuco González, patriarca y ganadero de Salento.
Hasta ahí los actos protocolarios y se prestaba ya la tarde para disfrutar de una buena corrida de toros y del regreso de una ganadería que no se presentaba en Cali hace cerca de 30 años. El primer turno le correspondió al colombiano Luis Bolívar, que en entrevista con este medio de comunicación durante la previa en el patio de cuadrillas manifestó que ya sentía pronto su retiro de los ruedos, una noticia que aún no se hace masiva, pero que dará mucho de que hablar en el caso de que se confirme.
En el primero de su lote, Bolívar salió con ganas y con disposición a plantarle cara a un ejemplar de buena presentación, cárdeno claro, que salió con alegría pero que poco a poco se fue apagando. Como un feo detalle, Bolívar se quitó las zapatillas, las dejó al lado del burladero de matadores y se dispuso a torear, intentando instrumentar un ramillete de verónicas que salió trompicado y una media de buena factura que no le permitió hacer más con las condiciones del ejemplar. Con el tercio en la muleta, Bolívar intentó por todos los medios pero las condiciones del ejemplar no se lo permitieron, reservón y terminando los remates del muletazo con la cabeza arriba. En ese primer toro Bolívar se fue de limpio, pero hay que reconocer las ganas y el pundonor torero.
En el segundo de su lote, cuarto de la tarde, ya tocado por las orejas que habían cortado sus compañeros de cartel, salió a por todas, con el mismo detalle de quitarse la zapatillas y salir a los medios a torear al que le correspondió en suerte, un toro de difíciles condiciones y de bonitas estampa, negro azabache, que en los primeros compases con el capote y posteriormente con la muleta, le permitió estar y sentirse torero. Hay que anotar que con este ejemplar se le vio mucho más acentado, mucha más calma y sobre todo, vergüenza torera, logrando instrumentar muletazos de buena factura, toreando por bajos para así cortar un apéndice que el público coreó con ganas.
En segundo lugar saltó al ruedo Alejandro Talavante, un torero extremeño que viene en figura y que venía a ratificar el triunfo obtenido el año anterior en esta misma Plaza. En la línea del primer toro, otro cárdeno como lo son los santacoloma, mostró un buen manejo del capote e instrumentó unas verónicas de buena factura que empezaron a calentar los ánimos en el tendido. Con la muleta se mostró voluntarioso y con disposición, encontrando en el de Vistahermosa un toro de buenas condiciones y con movilidad a pesar de su escasez de fuerza. Pese a ello, Talavante hizo uso de su tauromaquia y logró instrumentar muletazos de buena composición, algunos en redondo y otros toreando por bajo, lo que le permitió escuchar la ovación del público pidiendo las orejas, la cual fue concedida. Todo esto representado también en la ejecución de la suerte suprema, que aunque cayó tendida, fue efectiva para echar al astado patas arriba.
En el segundo de su lote, el quinto de la tarde, fue la explosión de máxima tauromaquia vista hasta lo que iba de la feria en Cali. Aplicándose el adagio de qué no hay quinto malo, el de Vistahermosa, otro cárdeno, desde el principio mostró condiciones de bravura, acometividad, nobleza y casta, atributos que se vieron desde los primeros instantes con el capote y que fueron también vistos en la corta pero buena pelea en el caballo. Talavante viendo las condiciones del ejemplar pidió la muleta en el burladero de matadores, la armó rápidamente y se disposo a torear, muy cerca a los anillos de picar, echándose de hinojos y citando de largo al astado que con prontitud acometió y se lo pasó en dos ocasiones cambiando la trayectoria con la muleta de frente y por la espalda.
Sobre esta faena hay que resaltar en primera medida la emoción en los tendidos y la bravura del toro, y en segunda medida, el torero de Talavante que le regaló a la afición dos tandas de muletazos en redondo de hasta 5 y 6 vueltas, lo que puso la plaza en un solo clamor. Un faena que de seguro quedará en el cuerdo, pues este toro, de nombre Relicario, fue indultado, dejándole las dos orejas simbólicas al de Extremadura, para un total de 3 orejas.
Finalmente, en tercer lugar salió al ruedo Emilio de Justo, un torero de una brillante campaña española y que por demás, triunfador consecutivo de las dos últimas versiones de la Feria Taurina de Cali. En su primer toro, tercero de la tarde, un toro que presentó buenas condiciones, reservón en los primeros instantes de la faena, reventó su bravura impulsado por los toques y el mando de Emilio, que con valor y firmeza, realizó un faena de poder, dejando muletazos de media altura de gran calado y los que el toro tomó con armonía. Con este ejemplar al que supo entender, logró incrementar la euforia en los te didos y a su labor conjunta, el torero español, apoderado por la empresa de Cali, se llevó las dos orejas que el público pidió con intensidad.
En su segundo toro, el cierra plaza, la suerte no estuvo con el torero. Si bien Emilio estuvo digno y mostró virtud en su quehacer, el toro no le terminó de reventar en sus envestidas, lo que causó que el público poco a poco se enfriara después del hervidero que había dejado Talavante. En consecuencia, el torero en su faena se fue de limpio, aunque ya con puerta grande asegurada.
Para destacar, de la ganadería, la buena presentación de los toros.
En cuanto a los su subalternos, resultaron los pares puestos por Ricardo Santana, quien le permitieron saludar desde el tercero, los pares de Carlos Garrido y los de Héctor Fabio Giraldo.
Resumen de la corrida:
Luis Bolívar, palmasen su primero y oreja en su segundo
Alejandro Talavante, oreja en su primero e indulto y dos orejas simbólicas en su segundo.
Emilio de Justo, dos orejas en su primero y palmas en su segundo.
Redacción de El Minotauro Radio.