Somos el vivo reflejo de los toros bravos, nos crecemos ante el castigo y seguimos firmes ante la lidia, ¡pero necesitamos ayuda!

Nunca antes habíamos visto una unidad homogénea, intensa y constructiva como la que hay hoy en día en el ambiente taurino de Colombia. Hoy, cuando nos tienen contra las cuerdas, cuando la tauromaquia barbea las tablas, la afición, los toreros, empresarios y algunos congresistas, muestran la unidad y resistencia ante la casi inminente prohibición de esta tradición en Colombia.
12 de mayo de 2024 por
El Minotauro Radio

Desde esta casa informativa, la cual también se está viendo afectada por el panorama actual de la tauromaquia queremos comenzar diciendo, que la suerte esté con nosotros. 

Nunca antes, en nuestro país, la tauromaquia había estado tan cerca de ser prohibida. Nunca antes, habíamos llegado a estas instancias por el odio, el fanatismo y la ignorancia de unos cuantos, pero la verdad es que la tauromaquia agoniza y sinceramente, con algo de miedo, la corrida está llegando a su fin. 

Puede sonar un poco tétrico lo que está escrito anteriormente, pero esa es la verdad, el toro, la corrida, la fiesta, la tradición agoniza de fea manera y no porque no estemos haciendo algo, sino porque puede más la politiquería y el populismo que la razón, la libertad y los empleos de miles de millones de colombianos. Pero bueno, así como dice el titular, somos el vivo ejemplo de un toro bravo, nos crecemos ante el castigo y eso estamos haciendo, aguantar, resistir y combatir hasta el último aliento por que esta tradición siga en el espectro cultura de nuestro país. 

A veces nos provoca cerrar los ojos y despertar de este mal sueño, pero es imposible, la realidad es una sola, y así como la corrida es una obra de arte en movimiento en donde lo que pasa pasa de verdad, lo que ahora nos está pasando es muy de verdad. Lo hubiésemos prevenido antes, no lo hicimos porque pensábamos que algo así no pasaría, pero ahora lo vemos y lo sentimos cerca. 

Lastimosamente, los congresistas de siempre, que intentaron prohibirnos siempre se quemaban en sus aspiraciones y la sensatez de imponía sobre la ignorancia, pero ahora, vemos como una recién llegada al congreso, con un solo intento, valiéndose de artimañas sucias, logró ponernos en cuidados intensivos, pero bueno, no está muerto quien pelea, eso dicen. 

Los taurinos, sobre todo algunos toreros y novilleros, están dando muestras de vitalidad. Vimos lo que nunca antes se había pensado, que el traje de luces saliera de las plazas para irse al congreso a defender la tradición, la que por demás, es la punta de la lanza con las que comenzarán a prohibir cada uno de las tradiciones, pasando por las corralejas, gallos, coleo y demás, hasta llegar con la prohibición de comer carne y demás, pero bueno, de esto no se trata esta escrito, se trata de conocer también a quien nos están defendiendo con uñas y diente. 


La semana anterior, en los pasillos del recinto de la plenaria de la cámara se varió de luces, de carteles y de taurinidad, esa que se han negado ver algunos y que ahora la han podido ver en las gradas de este lugar. Hay que anotar que los aficionados de diferentes partes también se hicieron presente y mostraron esa unidad multicultural que representan las corridas de toros. 


Ya en el debate, en los dos que se realizaron la semana pasada, tanto Christian Garcés, Ana Rogelia Monsalve y otros representantes y quienes no les pesa el apelativo de HONORABLES, defendieron las tradiciones y trataron de hundir el proyecto, propusieron también el archivo, pero lastimosamente no se puedo y más aún, por la presenciad de cierto ministro, que no bastándole estar implicado en el mayor caso de corrupción de este gobierno, se presenta para hacer presión y eliminar las corridas de toros. 

No es un secreto que dados los acontecimientos actuales al gobierno le interesa tener algo mediático que mostrar para poder tapar todo lo que está pasando y poder tomar acciones, algunas de eliminación, para callar lo que ya Colombia tiene presente, pero bueno, volviendo a los toros, este acto de politiquería complicó las cosas y ahora estamos a pocos días de ser testigos de una abuso contra las libertades y los derechos de muchos. 

A pesar de todo, y tratando de sacar fuerzas optimistas de donde queda poco, esperamos que pase un milagro y que las corridas de toros se mantengan.


La próxima semana será crucial, quizá muchos cerraremos los ojos, otros nos taparemos los oídos y otros sentiremos malestar en el estómago, pero la semana que viene tiene una importancia superlativa por la decisión que se va a tomar y a la cual todos tenemos que ir, apoyar y ser el frente de batalla que defienda la fiesta brava. 

No dejaremos de agradecer a quienes decididamente se la han jugado por nosotros, pero también de nosotros depende grandes manifestaciones e impactos globales ante los atropellos a los que estamos siendo objeto.


Lo que sí es verdad es que con lo que está pasando nos queda la lección aprendida de que sin unidad somos blanco fácil y de que no se puede subestimar a nadie. No hay enemigos pequeño y más aún, cuando en Colombia el gobierno actual es un gobiernos que no mide consecuencia y busca siempre pasar por encima del pueblo. 

Esto último es lo que debe motivar a los demás organismos taurinos internacionales, como la Fundación Toro de Lidia, ONGs y organizaciones defensoras de los derechos humanos. Debe existir quien se pronuncie de manera contundente frente a lo que está pasando y frente al abuso que se está cometiendo con las libertades y sobre todo con el derecho al trabajo que se le está violando a los toreros, principalmente y luego a todos quienes tenemos algo que ver con la fiesta taurina. Habrá que buscar como ser escuchados internacionalmente para que las cosas tomen el rumbo del respeto, que siempre debe tener. 

Para finalizar. Quizá este escrito les parezca diferente a todos los demás, sin un tinte informativo, pero creemos que no hay nada que informar, más allá de lo que el mismo temor nos está mostrando. Lo que tenemos que hacer es actuar.

Redacción de El Minotauro Radio - Daniel Upegui.