Son incontables ya los intentos de los animalistas y demás organizaciones en contra de la tauromaquia por prohibir, impedir, cercenar, coartar, limitar, quitar, menospreciar, opacar y suprimir esta tradición y las libertades de quienes disfrutan en paz de las corridas de toros en Colombia.
Como son incontables los intentos de prohibición, así han sido también los pronunciamiento de la corte, que en diferentes ocaciones ha respetado esta actividad cultura y mediante sentencias ha hecho manifiesto la continuidad, la legalidad y permanencia de este espectáculo en todo el territorio nacional, aún así, en lugares en donde por querellas políticas, leguleyadas y demás artimañas políticas no se dejan dar corridas de toros.
Aunque quienes defienden, supuestamente, los derechos de los animales dicen que los ataques a los taurinos no es una persecución sino una lucha por el bienestar animales, a todas luces, lo que hacen en Colombia supera los límites que encierra la palabras persecución. Esto se ha convertido en un odio visceral y matoneo sistemático, no solo a las tradiciones, sino a las libertades de las personas, a las formas de empleo formal e informal, al libre desarrollo de la personalidad de quienes quieren ser torero, a la supresión de la libre elección de profesional, no solo hacia los toreros sino que también hacia los otros profesionales que hacen parte de la tauromaquia y también a la libre inversión del patrimonio, enfocándose en esos ganaderos de lidia, hombres de campo y custodios del material genético de la bravura del toro, que con sus recursos cuidan este animal y los parajes ecológicos que sostienen.
Esto es sin duda la radiografía de lo que pasa hoy en día con los toros y que sigue pasando, ahora en escenarios políticos, en donde muchos proyectos de ley buscan la prohibición, pisoteando a miles de colombianos. Pero al margen de esto, la corte sostiene su postura y protege ante todo esas libertades de las que tanto hablamos, mantienen la declaratoria de patrimonio, no solo para feria de la ciudad de Manizales, sino también a la Feria Taurina, que engalana y enaltece esta importante celebración popular, reconocida en todo el mundo por su colorido, tradición, cultura, ambiente, fiesta, música y por demás, los toros.
Las luchas por defender las tradiciones sigue y hay personas a las que hay que apoyar y reconocer los esfuerzos que hacen para defender las libertades. Lo que hay que hacer ahora es simple, sencillo. Llenar los tendidos de las plazas, abrazas la tradición y demostrar que los argumento que utilizan como, la corridas se están acabando, cada vez va menos gente a toros, las plazas están solas, a toda la población colombiana no le gusta la tauromaquia y demás, son mentiras y que se fundamentan en un verificado fanatismo.
Se tenía que decir y se dijo. La Feria de Manizales y la Feria Taurina de Manizales es patrimonio cultural de la nación, por lo tanto hay que protegerlas, preservaras y defenderlas.
Redacción de El Minotauro Radio.