La pregunta es muy puntual: ¿Por qué es una buena decisión ser taurino en este mundo multicultural?
La respuesta también es muy sencilla: Porque la tauromaquia es la única tradición cultural en el mundo que conserva el respeto, la tolerancia a la diferencia, el amor por el prójimo y la libertad, como banderas de identidad. Un acto público que reúne al pueblo sin importar sus gustos y pensamientos y los pone a conversar sobre el mismo tema, el arte, al vida y el toro bravo.
No se necesita mucho para comprobar con hechos reales que la tauromaquia es la escuela del respeto y la libertad. En una plaza de toros, los aficionados, muchos de derecha, otros de izquierda, unos de un color, otros de otro color, unos toristas, otros toreristas, unos ricos, otros no tan favorecidos, unos con cargos políticos y otros obreros o trabajadores de oficina. Ellos, personas del común, diferentes en sus estilos de vida, dejan de lado sus categorías y se igualan bajo el mismo apelativo, el de taurinos.
Bajo esta convivencia, en una plaza de toros se vive un ambiente de democracia, de libre expresión y de discusión, sin una pelea, sin pleitos policiales, sin riesgos de agresiones y confrontaciones ideológicas. Lo único y que realmente brilla es una plaza de toros, es el respeto y la libertad. Cosas que hoy poco importan en la vida cotidiana y que se viven poco en los diferentes escenarios y actos públicos como los deportivos y los políticos.
En la calle te agreden y de golpean por ser de un partido político o de otro, por seguir un equipo deportivo u otro, por tener cierta orientación sexual u otra, pero en la plaza de toros, esos paradigmas y estereotipos no existen por que en la plaza todos somos iguales.
Lastimosamente, hoy se han trastocado el significado de respeto. Hoy lo entendemos como aceptar lo que conviene y rechazar lo que no se entiende. Respetar es aceptar los gustos de quienes nos agradan y rechazar los gustos de quiene son contrarios a nuestros ideales, pero en general, el significado del respeto es adaptable a la interpretación de quien lo necesite.
Ser taurino hoy en este mundo, modernizado y dominado por el egoísmo, el fanatismo, el desprecio y la ignorancia, es ser un garante de las buenas costumbres, de un sentido social y humano que te permite convivir con los demás y ser un promotor del cuidado del ecosistema, del orden natural de cosas y de la democracia, de la libertad de expresar opiniones sin ser juzgado por los demás.
Pero es así, hoy es mejor ser taurino que ser animalista, feminista, homofóbico, activista político, promotor(a) del aborto, ambientalista, líder social, líder sindical, senador, presidente, congresista y demás. Hoy ser taurino reúne muchos de los valores que la ciudad ha perdido con el tiempo y los promueve con las nuevas generaciones. Cosas que ya no se ven en las formas de vida antes mencionada, por que la objetividad, el respeto y la compasión por el otro se perdió por completo y ni siquiera en un tercer plano.
A pesar de todo lo que está pasando, con la prohibición, ser taurino sigue siendo una elección de vida loable y democrática. Una elección que nos hace diferentes y susceptibles al rechazo, pero una estilo de vida que te enseña a convivir y a estar en este mundo.
Si eres taurino, tienes la semilla que cultiva una buena sociedad. Si eres taurino, eres un ser social que entiende y promueve el respeto.
Redacción de El Minotauro Radio - Daniel Upegui